Por: Rodrigo Montoya Rojas
Democracia en general quiere decir elegir libremente a los representantes, aceptar los resultados de las elecciones gane quien gane, gobernar con pleno respeto de las normas y derechos de todas las peruanas y peruanas, y garantizar la alternancia en el uso del poder. Luego de los fraudes deFujimori y sus secuaces, Perú ha avanzado en elegir libremente, desde 2001; Alan García nos ha dado la prueba de que en eso de gobernar con respeto de los derechos ajenos estamos en pañales. Para aceptar los resultados de las elecciones si ganan los otros y en cuanto a la alternancia en el poder, la suma de Keiko, PPK, y El Comercio, como línea dominante en gran parte de los medios de TV, Radio y prensa, es igual a cero, En otras palabras, nuestro sistema democrático es precario e incipiente.
Para el bloque de derechas en Perú, son demócratas quienes creen en las bondades del capitalismo. Quienes no pensamos así somos considerados como enemigos del sistema e indeseables agentes de fuerzas extranjeras. Una probable victoria de Ollanta Humala en la segunda vuelta es vivida ya como una catástrofe por quienes con gran benevolencia se llaman a sí mismos demócratas y alucinan que los pobres perderán sus ahorros, sus casas y sus cuyes. No les gustaría irse a Miami, preferirían quedarse aquí para conservar sus grandes privilegios.
PPK, perdió las elecciones pero sigue creyendo que puede imponer sus puntos de vista para salvar al país. Ante la inminencia de una victoria de Ollanta, estos fundamentalistas del desarrollo capitalista le dicen que cambie de programa, que mantenga todo como antes, que sería ideal que nombre como ministros a probados demócratas y liberales salidos de sus canteras. Paralelamente, han desatado una campaña extraordinaria para asustar a los electores y presentar a quienes prometen algo de cambio en la política económica y en la Constitución como enemigos del país, de su Dios y de su democracia.
Imagino que Ollanta Humala está advertido del peligro de hacer concesiones a los adversarios hasta parecer uno de ellos. Su fuerza viene de la promesa de cambio en serio del país. Por eso ganó LA PRIMERA vuelta y por eso podría ganar también la segunda.
Una democracia en serio supone alternancia en el poder; es decir, quienes ganan gobiernan como quieren y pueden, y quienes pierden, dejan la escena, se callan y trabajan por volver a ganar después. En Perú, estamos a años luz de ese ir y venir de fuerzas políticas distintas. Cuando en 1936, en elecciones libres, los españoles optaron por la República en reemplazo de la monarquía, el general Franco dio un golpe de estado y acabó con ese sueño, dejando el país en el desastre con más de un millón de muertos. En 1973, en Chile, el general Pinochet, apoyado por los yanquis y todo el bloque de la derecha, dio otro golpe para evitar que Salvador Allende hiciese un gobierno socialista. La lógica de Keiko, PKK, El Comercio y sus seguidores es muy simple: la democracia es buena si gana la derecha y que se vaya al diablo si gana la izquierda. Por eso son Fujimoristas y estarían felices que otra mano dura gobierne para que sus privilegios se mantengan y multipliquen. Es hora de decirles: NO.
Democracia en general quiere decir elegir libremente a los representantes, aceptar los resultados de las elecciones gane quien gane, gobernar con pleno respeto de las normas y derechos de todas las peruanas y peruanas, y garantizar la alternancia en el uso del poder. Luego de los fraudes deFujimori y sus secuaces, Perú ha avanzado en elegir libremente, desde 2001; Alan García nos ha dado la prueba de que en eso de gobernar con respeto de los derechos ajenos estamos en pañales. Para aceptar los resultados de las elecciones si ganan los otros y en cuanto a la alternancia en el poder, la suma de Keiko, PPK, y El Comercio, como línea dominante en gran parte de los medios de TV, Radio y prensa, es igual a cero, En otras palabras, nuestro sistema democrático es precario e incipiente.
Para el bloque de derechas en Perú, son demócratas quienes creen en las bondades del capitalismo. Quienes no pensamos así somos considerados como enemigos del sistema e indeseables agentes de fuerzas extranjeras. Una probable victoria de Ollanta Humala en la segunda vuelta es vivida ya como una catástrofe por quienes con gran benevolencia se llaman a sí mismos demócratas y alucinan que los pobres perderán sus ahorros, sus casas y sus cuyes. No les gustaría irse a Miami, preferirían quedarse aquí para conservar sus grandes privilegios.
PPK, perdió las elecciones pero sigue creyendo que puede imponer sus puntos de vista para salvar al país. Ante la inminencia de una victoria de Ollanta, estos fundamentalistas del desarrollo capitalista le dicen que cambie de programa, que mantenga todo como antes, que sería ideal que nombre como ministros a probados demócratas y liberales salidos de sus canteras. Paralelamente, han desatado una campaña extraordinaria para asustar a los electores y presentar a quienes prometen algo de cambio en la política económica y en la Constitución como enemigos del país, de su Dios y de su democracia.
Imagino que Ollanta Humala está advertido del peligro de hacer concesiones a los adversarios hasta parecer uno de ellos. Su fuerza viene de la promesa de cambio en serio del país. Por eso ganó LA PRIMERA vuelta y por eso podría ganar también la segunda.
Una democracia en serio supone alternancia en el poder; es decir, quienes ganan gobiernan como quieren y pueden, y quienes pierden, dejan la escena, se callan y trabajan por volver a ganar después. En Perú, estamos a años luz de ese ir y venir de fuerzas políticas distintas. Cuando en 1936, en elecciones libres, los españoles optaron por la República en reemplazo de la monarquía, el general Franco dio un golpe de estado y acabó con ese sueño, dejando el país en el desastre con más de un millón de muertos. En 1973, en Chile, el general Pinochet, apoyado por los yanquis y todo el bloque de la derecha, dio otro golpe para evitar que Salvador Allende hiciese un gobierno socialista. La lógica de Keiko, PKK, El Comercio y sus seguidores es muy simple: la democracia es buena si gana la derecha y que se vaya al diablo si gana la izquierda. Por eso son Fujimoristas y estarían felices que otra mano dura gobierne para que sus privilegios se mantengan y multipliquen. Es hora de decirles: NO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario