Por Ricardo Uceda
La organización política más empresarial del medio es el Partido Comunista del Perú Patria Roja. Controla, a través del Sutep, la Derrama Magisterial, una mutual con 266.653 miembros, todos ellos maestros, que reciben préstamos con el interés más conveniente del mercado.
La organización política más empresarial del medio es el Partido Comunista del Perú Patria Roja. Controla, a través del Sutep, la Derrama Magisterial, una mutual con 266.653 miembros, todos ellos maestros, que reciben préstamos con el interés más conveniente del mercado.
En la Derrama Magisterial funciona una célula secreta de Patria Roja que reporta directamente al Comité Central y que adopta decisiones políticas. En principio, estas decisiones no distorsionan los criterios técnicos con los que se maneja la mutual —de lo contrario esta no sería exitosa— ni se imponen a la plana de gerentes. Pero son decisiones políticas. Las toman los miembros de Patria Roja/MNI, que son casi toda la cúpula: el presidente del directorio, Jorge Arteaga; el gerente general, César Reyes; el gerente administrativo, Fernando Pazos; y los otros tres miembros del directorio, los dirigentes del Sutep César Farfán, Orlando Luján y Víctor Paco, que reciben 3.200 soles mensuales por asistir a cuatro reuniones. Hay, además, nueve gerentes de línea que no pertenecen a Patria Roja o al MNI y que son elegidos por concurso, para presentarse al cual, deben tener una maestría en administración de negocios.
Así, con esta “doble dirección”, la Derrama afrontó sus problemas. Nunca le hicieron mella las denuncias por irregularidades que lanzó de cuando en cuando el sector más radical del Sutep, influido por Sendero Luminoso. Hoy no hay ninguna investigación administrativa ni penal en curso por supuestas anomalías en la gestión. La verdadera amenaza vino cuando les cerraron el caño y no pudieron cobrar los aportes.
Apostaron al único camino que les quedaba: que cada maestro autorizara por escrito el descuento de su cuota, en carta personal dirigida al Ministerio de Educación. En el edificio de la mutual en Jesús María, más de cien trabajadores se dedicaron a preparar cada expediente, iniciando un largo proceso que tenía un destino incierto. Al final, ni ellos mismos podían creerlo. Solicitaron el descuento más de 250.000 maestros.
—Era el noventa por ciento de todos los maestros estatales —dice Salazar Pasache, ahora en el retiro—. Ese triunfo valió más que cualquier huelga.
Fuente: SUTE 13 SECTOR
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