Las luchas del magisterio del último quinquenio revelan que además del Estado, los GRUPOS DE PODER FACTICO desenvainan su virulencia contra los trabajadores de la educación. Es sabido que en un escenario de lucha de clases, el Estado hace uso de sus instrumentos de represión (Poder Judicial, Ministerio Publico, Procuraduría, policía, incluso las Fuerzas Armadas) para contener la protesta social y penalizar toda forma de oposición al modelo neoliberal.
Pero, junto al aparato estatal y sus instrumentos de coerción concurren otras organizaciones que, no siendo parte de la estructura estatal, asumen posición para oponerse y contra-atacar las justas luchas de la clase trabajadora en defensa del modelo de acumulación neoliberal en el Perú. A estas organizaciones se les conoce como los poderes facticos los cuales existieron desde la fundación de la República y que en los últimos años han acrecentado su poder influyendo sobre las altas esferas del poder, particularmente en la toma de decisiones.
En los inicios de la República, la Iglesia Católica y el ejército fueron los principales poderes fácticos que influyeron poderosamente sobre la cúpula en el poder militarista de esa época. Su influencia no fue poca en el terreno político y económico.
En el siglo XX y sobre todo en el presente proceso de readecuación estatal al modelo neoliberal, los poderes fácticos han agigantado su influencia sobre el poder a través de los grupos de poder económico (Grupo La República, Brescia, Romero, Graña y Montero) cuyos tentáculos se manifiestan a través de las entidades bancarias y financieras, los medios de comunicación, las empresas privadas dedicadas a la educación, los canales de TV, etc.
Hoy esta claro que en el Perú no manda el poder formal (los poderes públicos), sino los grupos de poder económico, tal como pudo demostrarse en las últimas elecciones presidenciales. Estos grupos tienen presencia en el Congreso de la República a través de una extensa red lobysta, la "bancada minera" es una de ellas; organizan psicosociales a través de la TV, diseñan el que y como debe pensar la teleaudiencia a través de sus programas faranduleros; controlan el sistema financiero y bancario, y colocan sus mejores cuadros en los escenarios donde se toman las mas importantes decisiones económicas del aparato estatal, como el Banco Central de Reserva, el MEF, Energía y Minas, etc.
Poderosas empresas (Coca Cola, Telefónica, Backus, etc.) promueven el instrumento mas eficiente de control psicosocial más poderoso en el país, el futbol, para direccionar la conciencia social de las multitudes, acostumbradas a sobrellevar frustraciones a granel.
La educación no se libra de esta poderosa red de acumulación neoliberal. Hace poco los Brescia, dueños de INTERBANK y propietarios de poderosos emporios mineros ha adquirido la Universidad Tecnológica del Perú (UTP) y la Universidad Privada de Chiclayo, convencidos que la educación superior es fuente de fortuna empresarial, mientras el Estado ha abandonado a la universidad y la propia escuela pública. Por esa ruta avanzan los intereses de la jerarquía católica en el tema de la PUCP.
Ahora en el MINEDU colocan sus tecnócratas para promover la privatización de la escuela publica y el interminable atropello de los derechos laborales de los trabajadores.
UN NUEVO GRUPO DE PODER ECONOMICO: LA DERRAMA MAGISTERIAL.
Debido a los tentáculos que viene desplegando en el campo de la educación, el ramo hotelero, turístico, comercio aéreo, inmobiliario y crediticio, así como sus alianzas con el GRUPO LA REPUBLICA (Dueño del diario La República y del accionariado de Canal 4 y Cana N) la DERRAMA MAGISTERIAL viene convirtiéndose en un poderoso grupo económico gracias a los recursos que mensualmente descuenta al magisterio peruano. Cinco hoteles, dos centros de recreación, un edificio en San Felipe, DEMATOURS, INFODEM (futura universidad pedagógica de Post Grado), negocios millonarios en el rubro inmobiliario y crediticio nos revelan que estamos frente a un grupo de poder económico controlado por el Partido Comunista del Perú – Patria Roja (cuyo símbolo es la hoz y el martillo), a costa de los sueldos miserables de miles de maestros.
¿A todo esto qué dice la atomizada izquierda variopinta?. El silencio cómplice de estos sectores frente a la gigantesca acumulación de poder económico alrededor del PCP del P-PR nos anima a inferir que a esta generación de políticos expertos en criticar el modelo de boca para afuera le resta su tácita adecuación al modelo neoliberal y el pleno renunciamiento a toda propuesta de cambio en nuestra sociedad.
La reciente huelga del CONARE SUTEP confirmó nuestra hipótesis. La llamada izquierda no es más que un volquete repleto de oportunistas, ansiosos de mermar en el aparato estatal sin tocar un solo pétalo del orden socialmente injusto en nuestro país. Esto va también para la burocracia sindical (Mario Huamán, CGTP) adocenada al status quo y sin mayor capacidad para generar un poder alternativo al actual.
¿A que se debe la fiereza del CEN SUTEP (PATRIA ROJA) y el Diario La República para demoler con el cuco senderista la huelga del magisterio del 20 de junio? ¿Qué intereses en común tienen ambos grupos económicos?. La respuesta no pasa por la defensa del orden democrático frente al peligro senderista, hoy sin capacidad política y militar para poner en jaque al Estado. En el fondo, son negocios a gran escala lo que une a ambos grupos.
La propuesta de Ley Consensuada manifiesta que los maestros que no alcancen la recalificación docente será capacitados por entidades formadores (INFODEM, ONG, universidades privadas, entre otros) para retornar a sus plazas de origen con el aval del MED. En esa perspectiva se ubica las proyecciones de la Derrama Magisterial de introducirse en el negocio inmobiliario, como ya lo viene haciendo en Lima y algunas provincias.
El neoliberalismo ha resultado ser una verdadera caja de pandora. El magisterio peruano, casi un paria social en el Peru, debe tener presente que con sus exiguas remuneraciones, Patria Roja viene acrecentando una inmensa fortuna empresarial jamás vista en América Latina adecuándose de manera desvergonzada al modelo económico neoliberal que de boca para afuera dice cuestionar, apelando a un ferreo control partidario sobre los recursos provenientes de sus bolsillos. En ese contexto, revolución, socialismo, nueva constitución, etc. en boca de esta “nueva izquierda” resulta siendo pura charlatanería de esta camarilla partidaria enquistada ad infinitum en la Derrama Magisterial, con el aval de los últimos gobiernos.
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